
Desde muy temprano en su carrera Brown demostró no sólo ser un buen jugador de fútbol americano, sino un extraordinario atleta. En el instituto en New York, llegó a anotar en un partido de baloncesto 55 puntos, ganando numerosos premios en varios deportes. Promedió 14.9 yardas por carrera, 38 puntos por encuentro de baloncesto y destacó también en el salto de altura.

En la primavera de 1957 se efectuó como cada año el draft de la NFL. Los Cleveland Browns, que habían ganado la liga en los años 1950, 1954 y 1955, venían de una mala temporada de 5-7 en el 56. La pérdida de su quarterback estrella Otto Graham provocó claramente el bajón del equipo. Así, todos los directivos de los Browns estaban decididos en usar su elección número 2 en la primera ronda del draft en Len Dawson, un prometedor quarterback que había destacado en Purdue. Pero los Pittsburgh Steelers, que tenían el número 1 absoluto, eligieron a Dawson, y así Cleveland se tuvo que "conformar " con Jim Brown.

Así, los Cleveland Browns eran entrenados por el mítico Paul Brown, y tendrían su máxima estrella y el más grande en la historia de la franquicia en Jim Brown, ¿el destino?
Aunque Paul Brown, que llevaba en el puesto de entrenador en el equipo desde 1950 (cuando Cleveland llegó a la NFL), era reacio a colocar rookies en la alineación titular, Jim fue un fijo desde el primer día.

Ese partido marcó los años siguientes. En 1958, a pesar de liderar de nuevo la liga con 1527 yardas y 17TD (en doce partidos) y ser nombrado el MVP de la temporada regular, la campaña terminó de la peor manera. En encuentro de playoffs divisional en New York ante los Giants, Brown sería limitado a ocho yardas en siete carreras, y los Giants ganarían 10-0.

Collier le dio la oportunidad a Brown de correr su jugada favorita, el "sweep". Éste se lo agradeció con una campaña histórica: 291 carreras, 1863 yardas, 6.4 de media, y 12TD, liderando la liga en todas esas clasificaciones.

Nadie podía imaginárselo en ese momento, pero 1965 iba a ser el último año de Brown en la NFL. El 20 de Septiembre superó la marca establecida por Don Hutson de touchdowns en una carrera, anotando su número 106 ante los Philadelphia Eagles .

Una semana después, en su novena Pro Bowl en nueve años, Brown anotaría tres touchdowns en su -a la postre- último encuentro en la liga.
En el verano de 1966, Brown se encontraba en Inglaterra actuando para la película "Los doce del patíbulo". Asombrando a medio mundo, Brown anunció allí mismo en Londres su retirada de la NFL para dedicarse íntegramente a su carrera cinematográfica, algo que según él le valdría para proclamar los derechos de la raza negra. A sus 30 años, él mismo consideraba que le quedaban seis años al máximo nivel, pero la decisión estaba tomada.

En 1971, ineludiblemente ingresó en el Salón de la Fama, y hoy en día sigue trabajando para la comunidad negra. Vino, vio, venció... y desapareció en lo más alto de su juego, ése fue Jim Brown: "asegúrate de que cuando alguien te plaque recuerde lo mucho que le dolió". Jim siempre vivió bajo esa filosofía, jamás se retiró lesionado de un campo de juego. Ése fue su principal objetivo, jugar con dignidad y orgullo. "Los récord son irrelevantes".

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