Reggie White, el segundo máximo realizador de sacks (tras Bruce Smith) fue durante su periplo profesional uno de los jugadores más respetados, tanto dentro como fuera del campo. Fue modelo a seguir por compañeros y rivales en la NFL, y en su comunidad como predicador.
Tras una exitosa carrera universitaria en la Universidad de Tennessee (donde se ganó el apodo de 'Ministro de Defensa'), White no dio el salto a la NFL sino a la recién creada USFL, al igual que hicieron otras muchas estrellas colegiales de la época como Jim Kelly, Mike Rozier, Steve Young, Keith Millard, Herschel Walker o Doug Flutie. Jugando para los Memphis Showboats, White mostró su calidad cosechando 193 placajes y 23.5 sacks en apenas dos temporadas. En la segunda de ellas, en 1985, su equipo alcanzó las semifinales de la liga, pero fue eliminado por los Oakland Invaders.
Innumerables problemas asolaban la nueva liga, y muchos de los grandes jugadores comenzaron a emigrar a la más consolidada NFL. White lo hizo ese mismo año, y el 20 de septiembre rubricó su firma en un contrato con los Philadelphia Eagles, que le habían seleccionado en la primera ronda del draft suplemental un año antes.
La adaptación de White a la NFL no pudo ser más rápida, y pese a actuar como defensive tackle y llevar en las piernas encima toda la campaña primaveral en la USFL (18 partidos) consiguió promediar un sack por encuentro disputado (13). En la siguiente temporada confirmó las expectativas creadas y con sus 18.0 sacks se ganó la primera de sus trece nominaciones consecutivas para la Pro Bowl.
En 1987 el predicador completó una de las campañas más espectaculares que jamás haya producido un defensive end, posición a la que se movió ya de forma permanente. Sólo pudo actuar en doce partidos a causa de la huelga de jugadores durante septiembre y octubre, pero aún así fue capaz de registrar la astronómica cifra de 21.0 sacks, a únicamente uno del entonces récord de Mark Gastineau (22.0 en 1984). Ni que decir tiene que fue nombrado jugador defensivo de la temporada. Poco a poco los Eagles fueron formando un gran bloque en torno a White. Buddy Ryan, ex coordinador defensivo de los Chicago Bears campeones en 1985, se hizo cargo del equipo, y hombres como Randall Cunningham, Jerome Brown, Seth Joyner, Clyde Simmons o Eric Allen fueron artífices de un conjunto que alcanzó los playoffs durante tres años consecutivos (1988-90).
Desgraciadamente para ellos todas esas apariciones en la post-temporada se saldaron con derrota, y para 1992, tras otra debacle en playoffs (esta vez en Dallas), White había tenido suficiente.
Tras apoyar firmemente al sindicato de jugadores en su propuesta de creación de la agencia libre, White se convirtió en la primavera de 1993 en el primer fichaje sonado de esta nueva era de igualdad. Todo el mundo esperaba que firmase con uno de los grandes equipos de la competición, como Dallas, Miami o San Francisco, pero sorprendentemente se decidió por Green Bay, un conjunto que no ganaba el título desde 1967 y que en aquella época era constantemente rechazado por la mayoría de los jugadores. El frío clima de Wisconsin y sobre todo la pobre perspectiva de futuro del otrora legendario equipo echó a atrás a muchas estrellas, pero no a White que recaló en Green Bay "en su búsqueda de Dios".
White firmó eso sí un suculento contrato por cuatro temporadas y diecisiete millones de dólares, el mayor hasta entonces para un jugador defensivo. La adquisición pagó dividendos para Green Bay, que en un año -y sin haber realizado mayores fichajes- pasó de tener la defensa nº 23 a lucir la nº 2. Esa mejora unida a la presencia del joven Brett Favre a los mandos del ataque, permitió a los Packers presentarse en los playoffs y caer únicamente ante los entonces casi imbatibles Dallas Cowboys.
El equipo tejano se convirtió en una pesadilla para los "cheese-heads", que durante tres años seguidos se vieron privados de sus sueños de reverdecer laureles a manos de los Aikman, Smith, Irvin y compañía. Especialmente dolorosa fue la derrota en la final de conferencia de 1995, cuando Dallas tuvo que echar mano de toda su experiencia para solventar una desventaja de cuatro puntos en el último período y terminar ganando por 38-27 un épico encuentro.
La fabulosa reconstrucción de los Packers se iba finalmente a completar, y tras muchos años intentándolo White iba a recibir su recompensa, el anillo de campeón. Nadie pudo contener a Green Bay durante la temporada de 1996. Favre conquistó su segundo MVP en la que hasta ahora ha sido de largo su mejor campaña en la NFL, Reggie encabezó una defensa que fue la número uno de la competición, y por si fuera poco Desmond Howard surgió de la nada para añadir un poco de picante con sus espeluznantes retornos. Todo ello combinado por el maestro en la banda, Mike Holmgren. La mezcla fue totalmente indigesta para el resto de la competición, que no pudo hincarle el diente a los queseros.
En la Superbowl XXXI, Green Bay cumplió los pronósticos y derrotó a New England Patriots por 35-21 en el Louisiana Superdome de Nueva Orleans. El MVP del encuentro fue Howard, pero en el recuerdo de los aficionados siempre quedará la portentosa actuación de White, que acumuló tres extraordinarios sacks sobre Drew Bledsoe (único hombpe capaz de conseguirlo en una final), incluidos dos seguidos en el tercer cuarto en los que literalmente arrasó a su par, el offensive tackle Max Lane.
Problemas de espalda empezaron a molestar notablemente a White en 1997, aunque no obstante todavía pudo totalizar 11.0 sacks, su undécima campaña superando la decena de placajes al quarterback detrás de la línea de scrimmage. Green Bay parecía haberse asentado como la nueva dinastía reinante, y tras dos portentosas exhibiciones defensivas en los playoffs, apenas debía cumplir el trámite de derrotar a su oponente de la AFC en la Superbowl. Pero esta vez la Conferencia Americana tenía en Denver Broncos un digno rival. Los pequeños (para la NFL) hombres de la línea ofensiva de Denver superaron en todo momento a White y sus compañeros a base de esquemas y rapidez. Por supuesto también ayudó el buen hacer de Terrell Davis, que con sus 157 yardas y 3TD puso fin al reinado de trece años de la NFC en la gran final. Los Broncos conquistaron la primera Superbowl de su historia al imponerse por 31-24 en una de las mejores finales de la historia.
La derrota dejó un sabor amargo en White, que sorprendió a todos cuando anunció su retirada el 19 de abril de 1998 en pleno fin de semana del draft. Tan solo dos días después se retractó de su decisión y anunció que continuaría jugando para los Packers al menos durante una temporada más.
La decisión final de seguir en activo no pudo ser más acertada, puesto que a los 36 años White realizó una de sus mejores campañas. Por segunda vez en su carrera fue nombrado jugador defensivo del año, gracias a sus 16.0 sacks en otros tantos encuentros. A destacar el hat-trick logrado en temporada regular sobre Steve Young, uno de los quarterbacks más móviles de la historia de la liga. Precisamente el quarterback de los 49ers terminaría con la carrera del predicador al completar con Terrell Owens un milagroso pase que culminó uno de los choques más memorables de los playoffs, el wild card entre Green Bay y San Francisco de 1998. Tras la conclusión del encuentro, White rezó en el césped del Candlestick Park junto a varios de sus compañeros y rivales en una estampa que ya era tradicional, pero que entonces cobró un mayor significado porque el legendario nº 92 ya había declarado que ésa sería su última campaña.
Pero como tantos otros en el mundo del deporte, White quería más, y tras tomarse un año sabático en 1999 volvió a la NFL con los Carolina Panthers para la temporada 2000. Desafortunadamente el regreso no fue nada exitoso, tanto individual (tan solo 5.5 sacks, la peor marca de su carrera) como colectivamente (Carolina no alcanzó los playoffs en una campaña que comenzó con aires de Superbowl). En el Monday Night de la Semana 13 se enfrentó a sus antiguos compañeros de Green Bay, y en la línea de lo que fue una gris temporada para White no realizó ni un solo placaje, cuanto menos un sack a su amigo Brett Favre.
Sus 198.0 sacks se mantuvieron como mejor marca de la historia hasta que Bruce Smith alcanzara los 200.0 hace un par de temporadas. Pero además de ser un maestro en el 'pass-rush', White también era igualmente temido por su capacidad para detener la carrera (las pocas veces que los rivales decidían intentarlo hacia su lado), amén de un magnífico líder en el vestuario. Por si fuera poco, su resistencia fue formidable. En quince años en la NFL sólo se perdió un partido, en diciembre de 1995 por un problema muscular en un muslo.
Esta vez sí el predicador había terminado su labor en los terrenos de juego y se dedicaría por completo al trabajo en su comunidad. Desgraciadamente esta tarea quedó cortada de raíz el pasado 26 de diciembre de 2004. Pero su legado siempre estará ahí, a nivel profesional en la NFL (como miembro del equipo del 75 aniversario de la liga, del equipo de la década de los ochenta y de los noventa, así como futuro miembro del Salón de la Fama) y a nivel personal desde su fundación www.reggiewhitefoundation.org.
miércoles, 29 de octubre de 2008
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